martes, 15 de abril de 2008

COUSO: CINCO AÑOS ESPERANDO JUSTICIA


Cuando se cumple un lustro del asesinato del cámara de Tele5, la familia denuncia una vez más la impunidad de los tres militares de EEUU que dispararon contra el hotel Palestina.
Nada menos que cinco años después, el asesinato del cámara José Couso en el Hotel Palestina de Bagdad a manos del Ejército estadounidense sigue sin haber siquiera derivado en un procedimiento judicial que esclarezca los hechos y castigue a los culpables. El martes, día en que se cumplió un lustro de la tragedia, los familiares del periodista, sus amigos y numerosos ciudadanos anónimos recordaron la trágica fecha con diversos actos de homenaje y protesta. 
Durante la concentración celebrada en Madrid, Lola, la viuda del corresponsal, reclamó al Gobierno español que despliegue todos sus resortes diplomáticos y judiciales para que los tribunales estadounidenses colaboren y permitan la celebración del proceso «con normalidad y sin trabas». 
Instantes antes, la que fuera pareja del asesinado en lo que los militares del país del otro lado del Atlántico definen como un acto de guerra, descubrió una placa que recuerda a Couso en el portal del edificio donde residía, en la calle Ponzano de la capital de España, y en la que actualmente vive ella misma junto a sus dos hijos, de 11 y 8 años. Durante el acto, al que acudieron representantes políticos y compañeros de profesión, Dolores manifestó su confianza en que lo sucedido a su marido sirva finalmente como «ejemplo del éxito de la verdad, el respeto a los Derechos Humanos y la paz». 
Allí también estaba David, el hermano del cámara, quien recordó que la querella sigue abierta y relató el amargo trance por el que pasa la familia, que ha debido hacer frente a dos intentos de archivar la causa por parte de la Justicia patria. 
No obstante, quiso destacar la «labor impresionante» del juez instructor Santiago Pedraz para castigar a los «criminales de guerra», puesto que ha sido dicho magistrado quien ha ordenado por dos veces la detención de los militares responsables del disparo que terminó con la vida del informador. Sin embargo, siguió relatando el hermano, pese a que el Supremo levantó el freno anteriormente puesto por la Audiencia Nacional, Moncloa no ha dado curso a las órdenes de arresto y Estados Unidos no ha hecho «absolutamente nada» para resolver el caso. De hecho, los acusados ni siquiera abandonan su país por temor a ser apresados. 

nuevas diligencias. La situación podría cambiar dentro de dos semanas, cuando la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional revise la decisión de Pedraz de procesar a los tres implicados. Según fuentes jurídicas conocedoras de la situación, la celebración de esta vista se ha retrasado como consecuencia de la presentación por parte de la familia de una recusación contra el presidente del tribunal encargado de estudiar la apelación, Fernando García Nicolás, puesto que en su día intervino en el archivo de la causa.
Los hechos que han de juzgarse tuvieron lugar el 8 de abril de 2003, cuando el proyectil de un tanque estadounidense impactó contra el decimoquinto piso del Hotel Palestina de Bagdad, donde además del español se alojaban otros muchos corresponsales extranjeros que cubrían la invasión del país de Sadam. 
Precisamente al pie del emblemático edificio, se celebró el martes otro simbólico acto protagonizado por Javier Couso, otro hermano del fallecido, que leyó un comunicado en el que alabó la labor de su pariente, al que describió como «uno de esos profesionales que no se quiebran ante el peligro, de los que se juegan la vida por llevar a la sociedad las noticias de cualquier rincón del mundo». 
Además de su intervención, en la entrada del establecimiento hotelero se colocó una foto de José Couso con la leyenda: Crimen de guerra, investigación y justicia, y otro cartel con las imágenes del oficial y los dos suboficiales acusados de la muerte. 
«Fuiste asesinado en una acción criminal perpetrada por el Ejército de los EEUU, contra todas las sedes informativas que se encontraban en Bagdad aquella mañana (...) en un intento de amedrentar la libertad de información», leyó Javier con voz emocionada como colofón al tributo.
- Fuente: www.diariodeburgos.es -

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